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Andrés Elias

Consultor de Marketing Político Digital, considerado el mejor consultor político digital de Latinoamérica. CEO de Facultad, Agencia de Consultoría Política. Creador de DATAMETRIX (Herramienta de Social Listening) y DOUBLECHECK (Envío masivo de WhatsApp). Ganador de varios premios como ALACOP, REED y NAPOLITAN. Fundador de AICODI (Asociación Internacional de Consultores Políticos Digitales)

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Puerto Rico y la Nueva Normalidad Electoral

  • By VICTOR ANDRES DUQUE
  • 26 agosto, 2020
  • 626 Views

Muchísima expectativa nos generó cómo serían las elecciones en medio de una pandemia que ha doblegado a los gobiernos más fuertes del mundo. Puerto Rico no fue la excepción e incluso tuvo ingredientes adicionales como tormentas, la pandemia, terremotos y huracanes que hicieron más complejo el escenario electoral de estas elecciones primarias.

La Isla aún no se recupera del paso del Huracán María hace un par de años. Los gobiernos todos los días son cuestionados por la lenta y difícil recuperación en infraestructura y economía de esos estragos. Apareció la pandemia y agudizó el distanciamiento entre gobierno y ciudadanos, complicando más a los gobernantes porque su capacidad de reacción a las crisis cada vez era más limitada.

Básicamente en eso se centró la campaña. Opositores cuestionaban la atención a la crisis y los gobiernos trataban de hacer una comunicación que generara empatía con el ciudadano, para que se sintiera protegido.

Llegó la fecha programada por meses para realizar las primarias del partido de gobierno y el más fuerte hablando en ocupación de poder dentro de la Isla, es decir, el Partido Nuevo Progresista.

El 9 de Agosto se convirtió en una fecha histórica. Ocurrió lo que no estaba en los cálculos de nadie: la CEE, máximo organismo electoral boricua, no cumplió con el suministro de las papeletas electorales antes de la hora oficial para comenzar el día electoral y fue imposible realizar los comicios como estaba programado. Por el contrario, estos hechos dieron un golpe muy fuerte a la credibilidad democrática de los isleños, generó disputas internas en los partidos que llegaron a decir que era un intento de fraude electoral de un sector del partido. Se veían seriamente comprometidas las más importantes instituciones de los puertorriqueños.

El paso de la tormenta tropical también fue un actor importante dentro del debate: inundaciones y cortes de luz eléctrica fueron usados por las campañas como un sabotaje y culpabilizaban a quienes estaban en el poder y a quienes eran los directos responsables de la empresa encargada de este servicio público.

Se optó por reprogramar las elecciones para el fin de semana siguiente. Más del 60% de los municipios no había podido comenzar su jornada electoral como estaba previsto. Esa decisión fue tomada apenas hasta el miércoles de esa semana donde se especuló de todo, incluso que se volverían a hacer las elecciones desde cero, mientras quienes tenían información extraoficial de ir ganando se oponían rotundamente a este atípico hecho.

El 16 de agosto llegó. Se cumplió “normalmente” con la disputa electoral entre incumbentes (mandatarios en el poder) y retadores. Hubo una disminución exagerada en la participación de votantes, pero además hubo un voto de castigo al establecimiento: la Gobernadora Wanda Vásquez perdió su elección con una diferencia muy marcada, la mayoría de Alcaldes que ganaron lo hicieron por un margen muy estrecho pero además con unas cifras muy inferiores a la expectativas que ellos tenían como resultado de estas primarias. Lo mismo le sucedió a los congresistas que en redes sociales eran atacados o señalados por los ciudadanos de desconocidos y de haber abandonado a sus electores en momentos de todas estas crisis.

La gente estaba llena de miedo por contagiarse mientras votaba. Los protocolos fueron extremos por parte de las autoridades. Eso también obligó a que pasaran de 30 minutos hasta 3 horas en lo que un ciudadano normalmente ejercía su derecho al voto ese domingo.

¿Cómo cambió la campaña electoral?

Definitivamente el mundo cambió. Los políticos aún no entienden que esta zozobra, estos más de 150 días de encierro, han agrandado la brecha comunicacional entre ellos y los ciudadanos. Si ellos siguen faltos de empatía, acartonados, enfocados en perfeccionismos absurdos. Serán reemplazados por nuevos liderazgos que conecten de manera genuina, sin grandes presupuestos, pero que se muestren como un ciudadano común, capaz de lograr lo que ellos quieren sin dejar de ser como ellos. La premisa, sin duda, de ahora en adelante será empatía, sencillez y mensaje muy fácil de entender sin tanto acartonamiento, porque tenemos claro que nos tocó aprender a vivir con el virus y que todos los cambios que nos trajo llegaron para quedarse.

La perspectiva de mítines, múltiples aglomeraciones y fácil contacto con los ciudadanos está limitada, por lo que amerita un cambio no sólo en Tierra sino en Aire ¿Cómo trasladar una campaña a las redes sociales? En principio, representa un reto para los políticos acostumbrados a los mares de personas, y sus grandes discursos en las plazas públicas. Segundo, adaptar el mensaje al público que deseamos establecer, sobre todo entendiendo las estructuras y fuerzas políticas de Tierra, para que la segmentación tenga un efecto altamente positivo. Tercero, tener una estrategia digital coherente, clara y contextualizada.

En este sentido, la disminución de la campaña de Tierra no implica disminución del presupuesto implementado, este debe reencausarse a lo digital. La pandemia nos ha puesto muchos obstáculos con el distanciamiento social, y el primero y más importante es demostrarles a los políticos la potencialidad de una campaña de Aire.

Mientras ese proceso adaptativo se generaba en el candidato, asumimos el control total de la estrategia y operatividad digital con la campaña sin candidato.

¿Qué es una campaña sin candidato?

Es la generación de un ecosistema digital, en peceras, retenes y outlets enmarcadas en las propuestas del candidato o candidata sin que tenga que ser parte activa de esta. Se sustenta en la causa central de su campaña, constituida en grupos objetivos a los cuales se les atrae y ofrece contenido de su interés. Así, se establece una primera conexión indirecta basada en valores con la candidatura que ofrecemos.

Esta estructura debe mantener su propia operatividad para conectar con las redes del candidato o candidata. Y así conectar a los posibles votantes con la persona que puede y tendrá la capacidad de resolver sus problemas.

¿Qué debemos hacer diferente?

  • Humanizar al máximo posible nuestro candidato o candidata. La conexión cercana y personal es fundamental. En este sentido, mostrar sus momentos cercanos, en un contexto controlado pero que se vea espontaneo.
  • No generar súperproducciones. El mundo está afrontando un año completamente atípico, ser austeros en las campañas es fundamental para no parecer deshumanizado. Producciones controladas, pero sencillas y con un contenido preciso es suficiente para que pueda calar en el inconsciente colectivo.
  • Hacer buen uso de los Lives. Las personas quieren sentirse cerca a través de las plataformas que tenemos disponibles, por lo que hacer en vivos da una gran ventaja, genera excelente alcance y además acerca a la gente a un nivel más cercano con el candidato o candidata.
  • No pedir el voto 24/7. Dar a conocer al candidato desde lo que puede ofrecer en un contexto personal o profesional es una invitación al voto indirecto. Las redes sociales no son para colocar vallas publicitarias de “Vota por mí.” Debemos hacer un uso adecuado de ellas.
  • Empatía y contextualización. Entender el humor social es fundamental para que el mensaje genere el efecto que se quiere.

Ante todo esto es importante recordar que estamos en pandemia, muchas personas han estado encerrados en sus casas por mucho tiempo y además tienen problemas económicos. Quieren soluciones claras a esto, no un candidato que solo abrace abuelas y cargue niños.

¿Qué debemos tomar en cuenta?

Frente al peligro de que las elecciones que pasaron (o las que pronto ocurrirán en otros países) se pueda convertir en una oportunidad para la propagación del Covid-19, las autoridades políticas y electorales hoy, más que nunca, tienen una enorme responsabilidad para que el ciudadano pueda ejercer su derecho al voto de manera segura en el contexto actual.

En este contexto volátil y ambiguo es vital que la comunicación política sea más efectiva.

Muchos dirigentes políticos han enfrentado la crisis de la pandemia apelando a paradigmas de comunicación completamente obsoletos. El subestimar las plataformas digitales, el no dimensionar sus alcances hace que el mensaje pueda perder fuerza para penetrar en la mente colectiva de una sociedad que actualmente observa, audita y analiza todo.

Y cuando todo acabe serán juzgados con severidad todos los dirigentes políticos. Porque aún los ciudadanos más alejados de la política esperan que sus líderes ayuden a resolver los problemas. Que son problemas graves, con consecuencias terribles en la vida de todos.

 

HUMBERTO MEDINA

LIAN DE GOUVEIA

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